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El amargo sabor de la política
El reloj marcaba casi las doce. La noche taciturna me acompañaba en mis pensamientos y la ruidosa ciudad se alzaba frente a mi ventana;...
Una partida más
Si hasta tú quieres irte de mi vida ¿quién querría estar? Tengo miedo, no sé por qué en algún momento sentí que contaría contigo, pero...
La historia de una, el sufrimiento de muchas
Esta es la historia de una joven mujer que ha sentido el sufrimiento de muchas de nosotras, y hoy, decide compartirlo anónimamente con...
Cuando lo “light” también afecta al cerebro
Aprovechando que en Bogotá se está celebrando la Feria del Libro, y que he logrado ver un panorama de los contenidos presentes en esta...
Mi tiempo en El Locutorio
Previamente para mí, el uso de la voz parecía un terreno surcado por pocos hombre y mujeres que decidieron usar sus dotes de narración e...
Más humano que un humano
No hay mejor forma de ofender a un perro que igualándolo a un hombre; lo cierto es que el infiel, desleal y desagradecido es este último....
No hacía falta
El ardor recorría poco a poco mi garganta a medida que el humo blanco avanzaba hasta completar su travesía. El olor a cereza, frambuesa y...
"El arte se lee"
Sobre la carrera séptima con calle 70, en la caótica ciudad de Bogotá, se encuentra un pequeño espacio donde el silencio reina, y la...
Ballet: la libertad del alma
[endif]--El tercer llamado ha sido anunciado. Las puertas se cierran, y todo el mundo ocupa su lugar. Las luces van bajando, y la...
Porque los “criollos” también convivimos… a nuestra manera
Comencemos citando un fragmento de nuestro querido Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres: “Siempre que una persona canta, toca o hace...
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